miércoles, 15 de febrero de 2012

LA PASIÓN TURCA

            Cuando comenté a mis vecinas que me iba a Estambul, se miraron unas a otras conteniendo las risas. Yo no entendía por qué mi viaje provocaba esa reacción. “¿Vas a buscar al turco?”, me preguntó una de ellas entre carcajadas. Y entonces comprendí la causa de tanta alegría repentina. Se referían al personaje de Antonio Gala, ese guapo morenazo que despertaba en Ana Belén todos sus deseos ocultos, ahogados por un marido bueno y bastante aburrido. ¿Cómo no identificarse con ella? Si aquella mujer sufría además humillaciones, estas sólo representaban el justo castigo por no parecerse al común de las mortales, vecinas incluidas. Así que, animada también por la broma, las contesté que esperaba encontrarle y que a lo mejor no regresaba.

viernes, 3 de febrero de 2012

DOÑA AMARGA


            Doña Amarga subió pausada y fatigosamente. Su mirada helada recorrió todos los rincones del autobús hasta clavar sus ojos en el grupo de las niñas del colegio de monjas que exclamaban entre risas nerviosas: “¡Ya está aquí la vieja!”.